Fibromialgia

Se clasifica como afección reumática, aunque no haya inflamación articular, y es un síndrome con trastornos músculo-esqueléticos, dolor persistente, rigidez variable en músculos, tendones y tejido blando circundante, y trastornos emocionales como ansiedad, depresión, irritabilidad o estrés.

Muchas personas se preguntan por la diferencia entre la fatiga crónica y la fibromialgia. ¿Qué puntos tienen en común estas dos afectaciones, y qué diferencias existen entre ambas?

Estos trastornos son muy reales pero muy poco comprendidos, a pesar de que muchas personas las sufren. Un enfoque holístico ayuda a quienes los sufren a mejorar su calidad de vida.

FIBROMIALGIA Y FATIGA CRÓNICA, DOS TRASTORNOS PARECIDOS PERO NO IGUALES
Hoy ya podemos hablar de fibromialgia y fatiga crónica sin colgarles la etiqueta de pacientes hipocondríacas o «vagas», y hablo en femenino porque la predominancia de estas patologías, a menudo confundidas, es de 10 a 1 y de 3 a 1 en relación al hombre, respectivamente. Pero para abordarlas hay que saber distinguirlas. Aunque comparten síntomas, a menudo se entremezclan.

DOS SÍNDROMES DIFERENTES… PERO UNIDOS POR EL CANSANCIO
El dolor crónico articular y la rigidez de piernas de la fatiga crónica no es como el de puntos específicos y simétricos de la fibromialgia. Y trastornos digestivos, endocrinos y hormonales apuntan más a una fatiga crónica.

FIBROMIALGIA
Su nombre viene del latín fibra, por tejido conjuntivo, del griego mio, músculo, y algia, dolor.

Se clasifica como afección reumática, aunque no haya inflamación articular, y es un síndrome con trastornos músculo-esqueléticos, dolor persistente, rigidez variable en músculos, tendones y tejido blando circundante, y trastornos emocionales como ansiedad, depresión, irritabilidad o estrés.

Algunos rasgos la distinguen:

El ejercicio aeróbico es aconsejable y sienta bien: nadar, caminar, yoga…
No hay dolor articular.
Hay una sensación de cansancio generalizado, pero no intenso.
Su aparición es paulatina y de síntomas muy estables.
FATIGA CRÓNICA
Se clasifica como enfermedad neurológica, y se caracteriza por una fatiga física y mental muy intensa y debilitante con efectos demoledores en la vida personal.

Es diferente de la fibromialgia en que:

El ejercicio aeróbico puede empeorarla. Solo los estiramientos graduales y de muy baja intensidad pueden evitar el anquilosamiento corporal.
Hay dolor articular.
Hay síntomas de amígdalas edematosas o hiperplásicas, o de adenopatías o inflamación de ganglios linfáticos.
La fatiga impide realizar o mantener actividades, aun poniéndole ganas.
Puede haber fiebre a menudo, y también sensación de gripe constante.
Su aparición es brusca y fluctuante.
Se agarrotan mucho las piernas.
Hay deterioro cognitivo: de la comprensión, memoria, concentración…
Puede haber hipersensibilidad, incluso con alteraciones inmunitarias, a fármacos, alimentos, ruidos, luz…
CÓMO TRATAR ESTAS ENFERMEDADES MÁS ALLÁ DE LOS FÁRMACOS
Los analgésicos y otros medicamentos no curan estas enfermedades. Si bien es cierto que alivian algunas de las molestias asociadas a ellas, la forma de abordarlas deberá ser desde un punto de vista holístico.

El cuerpo tiene una poderosa capacidad de autosanación, pero debemos ayudarle con las herramientas necesarias para que llegue a un funcionamiento óptimo. Además es importante recordar que nutrirse y comer no es lo mismo, y que se ha de perseguir un estilo de vida consciente, sencillo, ético y saludable.

SUPLEMENTOS, CONSEJOS NUTRICIONALES Y OTROS REMEDIOS
Buenos suplementos contra el dolor:

Triptófano: una dosis de 500 mg de este aminoácido al día aumenta la actividad de las endorfinas y ayuda a crear serotonina, una sustancia que mitiga la percepción del dolor.
Semillas de comino negro: se toman en polvo, a razón de un cuarto de cucharadita al día, añadida, por ejemplo, a una sopa o puré de verduras. Tiene un potente efecto calmante.
Cúrcuma, uno de los antiinflamatorios mas antiguos.Una cucharada al día, espolvoreada en tus platos. Sus vitaminas B potencian la inmunidad y relajan a nivel hipotalámico. cerveza
En sinergia: coenzima Q10, L-carnitina y NADH se usan conjuntamente para mejorar el cuadro de síntomas. Las dosis no son estándar. Debe establecerlas un terapeuta en cada caso.
MUY RECOMENDABLES:
El comino negro (Nigella sativa) es analgésico, antiinflamatorio e inmunomodulador.
Potenciar el equilibrio global del organismo es esencial en ambas
LA DIETA QUE AYUDA A TU ORGANISMO
Vegetales crudos

La dieta debe ser fresca y cruda en al menos un 70%, con mucha hoja verde, y siempre ecológica. Incluye licuados, batidos verdes, brotes y germinados.

Muchos minerales

Potasio, silicio, selenio, zinc y magnesio son esenciales en estas patologías. Consume semillas y raíces.

Grasas de calidad

Elige aceites vegetales de primera presión en frío como los de oliva o sésamo, y los ricos en omega-3, los de lino o cáñamo.

Antioxidantes

Procura que tu dieta sea rica en vitaminas A, C y E incluyendo, por ejemplo, zanahorias, cítricos o aguacate. Un antioxidante muy útil es el cacao puro.

Evita el gluten y los lácteos

Evita el trigo y opta por mijo, arroz, amaranto, teff, sorgo, quinoa, trigo sarraceno… Busca alternativas vegetales a los lácteos.

¿Qué más evitar?

Se desaconsejan la soja, los alimentos ricos en oxalatos (espinacas, acelgas, remolacha), las solánaceas (patatas, pimientos, tomates, berenjenas), sal, azúcar, alcohol, grasas hidrogenadas y la carne.

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